Buenas noches, lectores:
¿Tenéis ya vacaciones? ¿Algún plan para el verano? Yo termino el colegio el viernes pero la verdad es que no sé muy bien qué voy a hacer en verano. Eso sí, ¡espero ir a la playa!
En el post de hoy, necesito desahogarme. Mi blog no es que tenga muchas visitas que se diga. Por lo cual, no tengo ni una pizca de vergüenza a expresar mis ideas. Pero vamos al grano: como os conté hace ya dos posts, últimamente he estado con una extraña crisis en la cual pienso mucho si lo que como es mucho, poco o la ración. Pero, esa crisis, se está volviendo más fuerte y me agobia mucho. Por ejemplo, tengo remordimientos cuando como alguna cosa que pienso que engorda o cuando me como la ración y no menos.
En las últimas revisiones del peso, he estado bajando y la verdad es que estoy muy asustada. No quiero volver al hospital ni separarme de mis padres, pero, cuando veo el plato delante mía, me bloqueo. Mi madre dice que hay veces en las cuales le recuerdo a los días antes de ingresar. Estoy mas irritable y triste. Hay veces que parezco una niña deprimida. Muchas veces me siento gorda y asquerosa.
La única solución es no mirar cómo mi madre me pone la comida. Pero, ¿cómo me puedo fiar? Que sí, que es mi madre, pero ese miedo no se me va. Ya no me gusta comer. Ya no tengo hambre. Es horrible y no sé qué hacer.
Si os digo la verdad, cuando he empezado a escribir, estaba llorando. Ahora, tengo ganas de intentar de enfrentarme de nuevo. 💪
"Negarse a comer, negarse a vivir"