Queridos lectores:
¡He cumplido mi promesa! La verdad es que poder escribir aquí con toda la libertad del mundo es lo más agradable que puedo hacer ahora mismo. Bueno, hoy, he decidido escribir de un tema del cual, no me gusta mucho hablar: equivocarse.
Hoy ha sido un día en el que he estado "sembrada" (como diría mi padre). He cometido muchos fallos, lo cual me agobia muchísimo. Todo ha empezado cuando he salido del colegio. He ido con mi madre para esperar a mi hermana, pero ella no salía. Mamá se había ido a buscarla cuando justamente, ¡bam! Sale del colegio. Entonces, vamos las dos a buscarla y, no recuerdo porqué, nos enzarzamos en una bronca bastante fuerte. A partir de ahí, he seguido cometiendo errores consecutivamente.
Al final, he tenido que subir a mi habitación para no seguir molestando más a la gente. Sin embargo, al rato de estar arriba, mi padre subió para ver si tenía algo que decir. Realmente, hoy no me he portado como una persona: he sido agresiva, maleducada y sobre todo mala persona.
Pero no sabéis lo bien que me he sentido cuando le he pedido disculpas a todos a los cuales les había hecho daño (que eran bastantes, por cierto). Reconocer tus errores nunca es fácil: hay veces que piensas que no haces nada mal o simplemente no lo sientes. Pero, lo digo por experiencia, estar bien con los que te rodean es algo maravilloso. Además, equivocarse es algo inevitable. Ley de vida.
¡Por fin he recibido mis primeras solicitudes! ¡Gracias a todos! 💋
Gracias preciosa. Te quiero
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